ANIMALISMO -Antitaurinismo como lluvia meona 

Antitaurinismo como lluvia meona

Vi este año en Pamplona un documental sobre los Sanfermines. Eran imágenes mudas, sin un solo diálogo. Vi los corredores de madrugada, camino del encierro, las familias a la espera agolpadas en los balcones, un par de corredores pegando un trago de aguardiente antes de la explosión, un padre con un niño sobre sus hombros, mujeres expectantes, los toros en el campo del gas, la carrera, el vértigo del encierro, la solidaridad en el relevo de unos y otros, distintas formas de correr en distintos tramos, el respeto al toro, el amparo de los pastores, la emocionante entrada a la plaza, la vida estallando de vida junto a la muerte viva del toro. Vi a viejos, jóvenes y niños (a estos en el encierro infantil) que eran la ciudad entera celebrando su fiesta secular al borde del abismo. Vi la victoria del valor sobre la misantropía de los tristes. Y devoré aquellas imágenes que exaltaban la vida, con un nudo en la garganta. Aquel documental era austero, tierno, sin retórica, emocionante, sin sentimentalismo, la pura verdad de una fiesta bárbara y culta. Y me alegré de que los Sanfermines resuciten este año.

Pero hoy he leído en Deia que al alcalde de Pamplona le resulta difícil contratar a un importante grupo musical para un concierto estelar, porque dicho grupo –no sé cuál es, pero sí que es extranjero- considera que no debe actuar en unas fiestas cuyo argumento central es taurino. Y me pregunté por qué Deia publica tan importante noticia, y por qué la periodista que la firma informa y no se moja, aunque dice no sé qué de que los jóvenes son distintos. Y comprobé que a los antitaurinos –o sea el grupo musical, el Deia y la redactora de marras- les faltan argumentos, y si los tienen no se atreven. Pero su táctica es eficaz, son como la lluvia meona, que al final empapa sin que nadie se de cuenta. Pues que les den. Y viva San Fermín.