TOREROS DEL MOMENTO – José Tomás y Morante, protagonistas del domingo

José Tomás y Morante, protagonistas del domingo

Dos líderes equidistantes en la cúpula del toreo: José Tomás y Morante. Los dos, por separado, comparten la expectación taurina del domingo 12 de junio. José Tomás en Jaén, y Morante en Albacete, convertirán estas dos plazas, dentro de unas horas, en el centro del planeta de los toros. El madrileño, a puerta cerrada y plaza llena, evoca, a su manera, una manera absolutamente distinta, la corrida mundial que años ha celebró El Cordobés en la misma plaza y que fue vista por más de 70 millones de espectadores. Y Morante de la Puebla, en línea con su estrategia, toreando una vez más de las muchas veces más, a plaza abierta a la televisión, en este caso a la de Castilla-La Mancha.

Son, las del madrileño y el sevillano, dos formas de estar en la Fiesta. José Tomás, quizás mediatizado por las durísimas cornadas recibidas en su épica andadura por el toreo, renunció al “sistema”, se automarginó por propia voluntad y en sus aisladas citas con la afición reivindicó la corrida de toros no como un espectáculo más, sino como la cita tremenda de una obra de arte anunciada a vida o muerte, la cita con el arte irrepetible, el reencuentro con el significado más profundo del toreo. Decían mis mayores que cuando Juan Belmonte toreaba en una ciudad, esta amanecía enferma de belmontismo, febril, expectante, con la seguridad de que ese día iba suceder la corrida esencial, el mayor espectáculo del mundo. Así ha puesto José Tomás la ciudad de Jaén en la mañana de hoy, antes de que suene el clarín.

Y Morante, el torero sevillano que auna toda la tauromaquia, la de ayer y la de hoy, la del duende y la gracia, la de la inspiración y la maestría,la del arte y el valor, se cita con el toreo en Albacete para cumplir con una manera olvidada de estar en la Fiesta, la que tuvo en su día Joselito el Gallo: hacer Fiesta. Y esta ha sido la conducta del poblano desde que la Pandemia paralizó toda la actividad taurina: asumir la responsabilidad de salvar la tauromaquia. Entonces se dio sin límites al toreo. Alternó con todos los toreros, los figuras y los más modestos. Toreó en todas las plazas, las más importantes y las más humildes, en las grandes ciudades y en pequeños pueblos. Y lidió todas las ganaderías, Miuras, Veraguas, Parladés, Santacolomas, Saltillos. Y se dejó televisar cuantas veces hizo falta. Y rompió el mito de que la televisión quema. Y demostró que la televisión promueve, que los vulgares se queman y los geniales emergen. Y además, rompió otro mito: que los artistas son inconstantes y solo cuajan “su” toro. Hoy está en Albacete para alternar con un buen torero amenazado de marginación, Paco Ureña y amparar el debut del hijo del maestro Manuel Caballero.     

José Carlos Arévalo